Durante la carrera tuve un profesor que siempre decía que hacer las cosas deprisa era totalmente incompatible con hacerlas bien, que para ser responsables uno se tenía que fijar, si lo hacías rápido no podías fijarte en esos pequeños, pero importantes detalles. Y cada vez que nos soltaba el discurso ponía de ejemplo la misma historia:
Un profesor de Anatomía Patológica da a sus estudiantes la primera clase sobre autopsias:
"- Para hacer bien una autopsia hay dos cosas básicas: primero, no tener repugnancia".
Dicho eso, el profesor mete un dedo en el ano del muerto y luego lo chupa.
A continuación pide a sus alumnos que hagan lo mismo. Tras un silencio temeroso, comienzan a obedecer. Al final el profesor prosigue:
"- El segundo elemento es ser muy observador. Yo metí el dedo anular, pero me chupe el índice."
Las prisas son malas, muy malas. Y los lunes más.
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